lunes, 22 de octubre de 2007

Era un niño que no quería crecer


"Los padres de Wendy, Juan y Miguel acudirían aquella noche a un baile y subieron a despedirse de los chicos. Wendy, cierra la ventana, le pidieron. 'No, porque Peter Pan prometió venir a visitarnos esta noche'. Los padres lo tomaron como una fantasía de la niña, pues en realidad no creían que Peter existiera." Leí este cuento tantas noches por ser el favorito de mi hijo mayor que hasta lo memoricé. Yo trataba siempre de variar los títulos, La Isla del tesoro, Las Aventuras de Huckleberry Finn, Tom Sawyer, incluir tambien a Julio Verne, pero mi hijo se aferraba a Peter Pan. Luego ya no tuve que leer para él, escogía ya sus propios libros, era el fin último, ¿qué no? Ahora le he pedido que él sea quien lea para mi, está leyendo 100 años de soledad, bueno el Gabo y su voz son un maravilloso dueto, aunque no creo que García Marquez esté de acuerdo. Mi Peter Pan ha crecido, le he pedido que vuelva a ser el niño que no quería crecer, pero se niega. El mundo que se abre frente a él poco a poco acaba con su infancia. De cualquier manera, vuela mi Peter, habrá por ahí alguna "isla del nunca jamás" que reclamarás como tuya.

viernes, 12 de octubre de 2007

Tenía los ojos bien abiertos, miraba hacia arriba como buscando en algun lugar un punto donde fijar su atención para poder evadirse. Con la mano buscaba a tientas el toque de aquella otra extremidad a la cual asirse. La mano de su madre estaba ahí, buscandole con la misma intensidad. Para los dos era un alivio sentirse juntos. A él le daba la certeza de que no estaba solo, de que podía facilmente concentrarse en otra cosa mientras ella se ocupaba de que nada le ocurriera. Para ella, el tomar su mano implicaba como siempre una lucha conjunta, una mas, como todas aquellas que habían enfrentado. La certeza de que estaba ahí, junto a ella. Respira profundo, suelta el aire por la boca, ya sabes que debes pensar en otra cosa. Le repetía al hijo con una fuerza que no sabía de dónde provenía pero en ese momento no había lugar para las lágrimas.

jueves, 4 de octubre de 2007

situación límite

Decision
4 de Octubre, 2007
Los ví juntos. Estaban ahí, frente a mi. Ofreciendome lo que tanto ansiaba.
Los imaginaba conmigo, claro, no al mismo tiempo. Cada uno tendría su lugar,
su momento. No sería la misma con los dos, eran completamente distintos.
Uno de ellos podría siempre despertar mi forma despreocupada de ser. Con él sé
que nunca tendría que posar. Seguiría siendo tan libre, exploraría tantas cosas
que siempre me han motivado. Es lo que me gusta de tí, tu espíritu aventurero, me
repite. Con él, mis años no significarían decrepitud, falta de energía ó decadencia.
Más bien representa fortaleza para hacer cosas nuevas cada día, vencer las
barreras de lo que se supone tener cuarenta y tantos años. Me permitiría seguir en constante
movimiento con un ímpetu renovado cada vez.

El otro daría vida a mi naturaleza femenina. Siempre top ten, elegante, seductora,
segura mí misma. Requiere que me transforme completamente en una mujer atractiva
con todo lo que ello acarrea. Tener siempre la mejor de las sonrisas, el maquillaje
correcto, la ropa adecuada. Le gusta lucir y que yo luzca bella al mismo tiempo. ¿qué
le importará más, él o yo? No importa en realidad, el estar juntos y complementarnos
es lo que nos da felicidad.

No puedo decidirme, quiero tener a ambos. Soy en realidad esas dos mujeres, no puedo
evadirlo, me gusta ser esas dos mujeres y todas las que soy a partir de cada uno, como
un caleidoscopio, con diferentes facetas dependiendo de la luz que brille sobre él,
sobre mí.

Súbitamente, la vendedora se acerca, ¿por cuál par de zapatos se decidió, Señora?