domingo, 31 de enero de 2010

¿FAOT?


Conseguí, mi querida Feli, dejarme envolver en un par de eventos del FAOT. Lejos, eso sí de Álamos, pero ya lo conoceré cuando no haya tanta gente. Te decía que pude ir a un par de presentaciones. El jueves por la tarde acudimos mi hermana, mi cuñado y yo a escuchar y ver a "Los Folkloristas". Mi hermana desesperada, me llamaba para que no se me hiciera tarde y pudieramos sentarnos en un lugar privilegiado, tan cerca del escenario como fuera posible. Yo, con calma justificadisima, terminé de ayudar con alguna tarea a mi hijo y luego me presenté en casa de mi hermana, quien me esperaba ansiosa... en la banqueta!! Calma, le dije, si en la presentación solo estarémos nosotros tres, el Né y la Marianto. Digo, no por desconfiar, pero

1. ¿Cuántos sobrevivientes de la época recordarán a "Los Folkloristas"? y

2. ¿Todavía se usa escuchar música "latinoamericana"?


Llegamos prestos a las 6:15 pm para encontarnos a unas 4 personas esperando. Decidí sentarme en la segunda fila, por aquello que nos fueran a quitar cuando llegaran los VIPs. Para nada, solo había tres lugares reservados. El Né y la Marianto llegaron después de nosotros (justo como yo lo había predicho). Al final si hubo bastante gente y Los Folkloristas nos deleitaron con canciones interpretadas con charangos, quenas y hasta tambores hechos de caparazón de tortuga (que ellos no se habían comido, aclararon) que hicieron sonar utilizando de baquetas cuernos de venado. No tratemos de entrarnos en cuestiones de ambientalistas, ¿ok? El concierto estuvo bastante bien, plagado de mis regresiones al pasado. Cuánto escuché esa música en otros tiempos.


La otra presentación a la que acudí fue a la de Joaquín Cortés. ¿Me hubiera valido presentarme como su pariente para conseguir boletos en la zona VIP? o mejor ¿hablarle a mi compadrito, papá de la Poli Coronel? Pues ni lo uno ni lo otro, solo logramos sentarnos en una banca, detrás del equipo de sonido, colocada estratégicamente frente a una palmera. Podría pararme en la banca para ver el espectáculo sin molestar a nadie, ¿o si? Bueno, eso pasa por no colocar las gradas que solían colocar en ocasiones semejantes, cuando se trataba de entretener al pueblo "gratis". En fin, al lugar, ya lleno, siguió llegando más gente. Era todo un desfile de personajes. Los muy guapos y arreglados como para ir al teatro, los que llegaban en pants para protegerse del frío de 20 grados, los papás jovenes llevando a sus bebés en carriolas (cuestión que da para otra entrada de blog) y las mujeres, de todas edades que (creo) querían ver al bailaor que se quita la camisa.

La presentación estuvo bastante buena a pesar de la testarudez de la cortina que ya no daba para más FAOT. Cuando por fin lograron medio destrabarla, aparecieron a los músicos y las cantaoras iniciando así el espectáculo. En la pantalla del fondo se proyectaban luces y en el momento de una coreografía, la foto de la madre de Joaquín. Esa coreografía fue una de las que más me gustó, la manera de transmitir ideas y sentimientos mediante el baile aunado a la letra de la canción y la música fue sublime. Solo que en esa sinestésia, sobraba el terrible olor a romero, tomillo y clavo de la mujer que estaba parada detrás de mí.

Si, el espectáculo estuvo plagado de situaciones chuscas, era como estar en dos lugares al mismo tiempo. Uno era al que trataba de escapar siguiendo los movimientos de flamenco del gitano, con el ritmo de las palmas, el taconeo y las cantaoras. El otro lugar era el real, en el que estaba, arriba de la banca, en la última fila. Adelante de los que no veían nada y se dedicaban a gritar a todo el que pasaba y al "pelón" que tomaba fotos; Enseguida de la chica que me pidió mis binoculares para ver al producto de la mercadotecnia que baila con el torso desnudo y ante el que suspiraron cuando se quitó la chaqueta para utilizarla como capote (no sé si eso se entendió). Al regresarme los binoculares, me dijo "se parece a Ricky Martin, ¿no?" Como respuesta solamente le dí la espalda, no pude ver el taconeo en ese momento, pues cerré los ojos para tratar de borrar lo recién escuchado.

Creo que Joaquín percibía algo semejante, pues trataba de animar a sus músicos para que le imprimieran más fuerza a la interpretación. ¿Sentiría que lo que estaba presentando era desconocido para la gente de Hermosillo? ¿necesitaría sentir de ellos, que no del público, la energía para seguir? No lo sabré.

En resumidas cuentas, Feli, si me gustó pero no lo disfruté tanto. El lugar no era el óptimo, pero beggars can´t be choosers, era gratis y la plaza no es Bellas Artes. A la próxima...

2 comentarios:

Hey Jude dijo...

Mi querida Princess, en todas partes se tuestan habas, definitivamente. Como común denominador, independientemente de las sedes, los públicos fueron contraste con los espectáculos.... en Álamos, ya habrás leído, unas calles parecían sitiadas, porque las gallinas de corral de moda acudirían a ver, más por status que por conocimiento, a Jessye Norman...
Imagino tu desepción al escuchar el nombre de Ricky Martin, quien en lugar de torso luce sus pies desnudos...
Ojalá que tu vibra le haya llegado el artista, ojalá que hayan entendido la idea del capote, ojalá que aproveches la cercanía con Poli o su papá y le des tus aportaciones para las fiestas del pitic, que a ver cómo se llaman, las nuevas fiestas del pitic o algo así, no lo dudaría.

Rebeca dijo...

Qué tal las fiestas del pitic se visten de azul? jajaja.
El capote me encantó!!!!!!!!!!